3. Juan Hus (* alrededor de 1371, + 1415)

Juan Hus nace alrededor de 1371 como hijo de padres pobres en la pequeña aldea de Husinecz en Bohemia, lugar que le dará su nombre. Alrededor de 1390 comienza en Praga el estudio de las artes comunes, se recibe luego como magister y enseña a los nuevos alumnos. Después inicia sus estudios teológicos. En 1400 es ordenado sacerdote y apenas dos años después empieza a predicar en la iglesia "Nueva Belén". Esta era una iglesia que ofrecía lugar para 3.000 personas y estaba destinada sólo a la prédica. Es más, desde un comienzo no se predicaba en latín sino en checo, el idioma del pueblo, en esta iglesia construída a fines del siglo XIV, hecho que la hizo expresión concreta de un esfuerzo reformatorio de la iglesia checa. Muchas de las prédicas de Juan Hus en la iglesia Nueva Belén han sido conservadas. Ellas nos presentan a un hombre que critica la inmoralidad de la sociedad y, especialmente, los vicios del clero: codicia, usura y la simonía están al centro de sus ataques con que llama al arrepentimiento. Y se le escucha y se le comprende - tanto el pueblo como la realeza. Hus recibe importantes impulsos por las obras de Juan Wyclif sin copiarlo simplemente. Debido por ejemplo a la tradición de Wyclif, Hus exige una iglesia nueva, reformada. El punto central de su prédica y norma para el culto es la palabra de Dios, la Biblia. El líder de la iglesia es Cristo, no el papa (hay que señalar que en esa época había dos papas compitiendo, uno en Roma, otro en Aviñón).
A parte de sus actividades en la iglesia Nueva Belén, Hus se desempeña en la facultad de teología de la Universidad de Praga como profesor de exégesis bíblica. Hus no era el único en Bohemia que estaba influenciado por Wyclif y buscaba reformas. Pero dentro de poco tiempo se convierte en portavoz del movimiento que es mayoritario en la universidad de Praga. En los años 1409/10, Hus incluso es rector de esta casa de estudios. Sin embargo, en 1411/12 abandona sus planes de doctorarse en teología porque se encuentra con resistencias.
Ya desde 1403 en adelante se habían generado conflictos sobre las enseñanzas de Juan Wyclif que incluso fueron sospechadas como heréticas. A partir de 1407/08, la curia romana toma parte en el asunto, y en 1409, el conflicto estalla. El año anterior, Hus había iniciado un proceso canónico contra el arzobispo y el papa para lograr que revocaran la condenación de las enseñanzas de Wyclif. Tanto este proceso como las ideas reformistas de los "Wyclifistas" como se llama a Hus y otros seguidores, llevan a que se dicte una prohibición de predicar en todas las capillas (incluída la iglesia Nueva Belén). Hus no obedece la orden sino que protesta, lo que no le sirve de nada, al contrario: En agosto del 1410 es excomulgado, y en marzo de 1411 se decreta su excomunión. Poco más de un año después se publica la sentencia final: la excomunión mayor. Juan Hus debe abandonar Praga. La nobleza bohemia toma partido por Hus y lo cobija hasta 1414 en sus fuertes y castillos. En este tiempo, Hus escribe mucho, interpreta el Credo Apostólico, los Diez Mandamientos y el Padre Nuestro. Además, redacta un estudio "Sobre la Iglesia". En éste se reconoce la influencia de Wyclif, pero Hus en muchos aspectos es más moderado que Wyclif. Juan Hus mantiene el contacto con la comunidad de Nueva Belén y sus compañeros a través de una abundante correspondencia.
En 1414, se pide al rey de Bohemia aclarar la situación de su súbdito en el concilio que se reúne en Constanza (Alemania). Hus no puede negarse a asistir, toda vez que se le había dado un salvoconducto. Sin embargo, es detenido pocas semanas después de su arribo a Constanza. Después de un proceso de varios meses, diversos interrogatorios y la condenación pública y repetida de las enseñanzas de Juan Wyclif, Hus es condenado a muerte, a pesar de las vehementes intervenciones de la nobleza bohemia y morava. El 6 de julio de 1415 es quemado en público afuera de la ciudad. No había abrogado.
En los años que siguieron, hubo intentos por eliminar la "herejía bohemia". Estos al final fracasan. La nobleza bohemia protesta vehementemente contra la muerte de Juan Hus en la hoguera. Sus pensamientos siguen vivos, es más: "Sólo después de la muerte de Hus, sus ideas se convirtieron en vida" (Leopold von Ranke, historiador alemán). Nace un movimiento husita. Entre otras cosas, su seguidores exigen la celebración de la Santa Cena en ambas formas; Juan Hus se había mostrado abierto pero cauteloso frente a esta pregunta. Más tarde, el cáliz se convierte en el símbolo del movimiento, no obstante, persisten las diferencias en cuanto a la pregunta cuan radical tenía que ser la protesta. Los más radicales ganan terreno; en el año 1419 se levantan contra el rey Wenceslao y conquistan Praga. Durante 18 años reina la guerra en la Bohemia; se observan crueldades en los dos partidos. También dentro de la iglesia, las fuerza moderadas y radicales no logran un consenso, así que nacen diversas iglesias husitas.
En los años de la Reforma, los husitas y los reformadores se acercan; en 1575 se publica la Confesión de Bohemia (Confessio Bohemica), que tiene lazos estrechos con la Confesión de Augsburgo (Confessio Augustana) de Felipe Melanchton. La historiografia de los husitas conoce una primera Reforma (= la husita), y una segunda Reforma (= la alemana). La actual iglesia evangélica de los Hermanos Moravos en Chequia se define concientemente como heredera de las dos corrientes reformistas. No se puede responsabilizar a Juan Hus de lo que ocurrió después de su muerte, y menos de los conflictos bélicos que estaban lejos de sus intenciones. Al contrario, su objetivo era la renovación de la iglesia y de la sociedad. En definitiva, reinvindicaba la obediencia frente a Dios, porque este mandamiento de Dios tiene validez absoluta. Su rigor ético impide que encontremos ya en él una enseñanza reformadora de la justicia de Cristo. En este sentido, Hus no puede ser identificado con la Reforma, ni siquiera como reformador anticipado. Más bien representa claramente la necesidad de reformar la iglesia medieval. Su crítica conmovió a Lutero que pudo llamar a Hus un "hombre santo".

Artículo del tratado contra el magister Estéban (Stephan) Paletsch

"1. Si un papa, obispo o prelado se encuentra en estado de pecado mortal, no sigue siendo papa, obispo o prelado.
2. La gracia de la elección es el lazo que une indisolublemente al cuerpo de la iglesia y a cada uno de sus miembros con la testa.
3. Si un papa es malo o, incluso, abyecto, entonces es - igual que el apóstol Judás - un diablo, un ladrón y un hijo de la podredumbre.
4. ... y un pastor sólo por nombre.
5. Un papa no es y no puede ser llamado 'santísimo' a raíz de su ministerio, porque si así fuera, también podrían llamar al rey 'santísimo' a raíz de su ministerio, y torturadores, guerreros y diablos podrían ser llamados 'santos'.
6. Si un papa lleva una vida contraria a Cristo, ha llegado a su cargo no por Cristo sino por otra vía, aunque, humanamente visto, su elección haya sido legítima, canónica y de acuerdo con las normas.
7. La condena de los cuarenta y cinco artículos de Wyclif por los doctores no es razonable ni justa, y el motivo citado por ellos - que ninguno de los artículos es católico, sino cada uno herético, equivocado o molesto - es inventado.

Artículo del tratado contra el magister Estanislao de Znaim (Stanislav von Znaim)

8. No existe ni el más mínimo indicio de que tenga que haber una cabeza que oriente a la iglesia en preguntas espirituales y esté siempre presente en la iglesia beligerante.
9. Sin esas cabezas extrañas, Cristo orientaría su iglesia mejor a través de sus discípulos en todo el mundo.
10. Pedro no era el pastor general de las ovejas de Cristo, y tampoco era obispo romano.
11. Los apóstolos y curas fieles al Señor han dirigido eficientemente a la iglesia en todos los asuntos importantes para la salvación antes de que se introdujera el ministerio papal. Y así lo harían hasta el día del juicio, si el papado se acabara por alguna razón bien posible.

(Traducción: P. Albütz / L. Ludwig, Santiago de Chile 10/2001, según una edición alemana del año 1968)

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Preguntas para seguir trabajando

1. ¿Cuál es la exigencia que se tiene frente al papa, obispo o prelado?

2. Si existe la posibilidad de que alguien ejerza un ministerio, pero por su modo de vida poco cristiano no lo cumple cabalmente, surge la pregunta: ¿El ministerio en sí tiene autoridad? ¿O sólo si la persona vive como corresponde? ¿Y de qué tipo de autoridad se trata en definitiva?

3. En los párrafos 6, 9 y 11 se habla de una dirección de la iglesia por Cristo. ¿Cómo funciona esta orientación?

4. ¿Por qué Hus relativiza el papado?