LECCIÓN 3:
Juan Calvino, la reforma en Ginebra y los inicios de la reforma en Francia

Sobre la comprensión de la Santa Cena

"Dios nos regaló una prenda para asegurarnos de su constante benevolencia. Por tal motivo les dio a sus hijos el segundo sacramento a través de la mano de su hijo unigénito: la Santa Cena en la que Cristo da testimonio de que es el pan que da vida, el pan por el cual nuestras almas son alimentadas hasta la verdadera y dichosa inmortalidad. (Juan 6, 51).
Primero: Los símbolos de este sacramento son el pan y el vino: Ellos son el alimento invisible que recibimos del cuerpo y de la sangre de Jesucristo.
Segundo: el único alimento de nuestra alma es Cristo, y por eso el Padre celestial nos invita para que seamos parte de él, para que seamos refrescados y podamos reunir fuerzas hasta que lleguemos a la inmortalidad celestial.
El misterio de la unión secreta de Cristo con los fieles, sin embargo, es incomprensible por naturaleza; por eso es que Dios nos revela una imagen o representación del misterio en señas visibles, adaptadas maravillosamente a nuestro bajo nivel. En cierto modo nos da prendas e indicios que nos dan la misma certeza como si lo viéramos con nuestros propios ojos. Porque es una parábola conocida que incluso penetra la mente sencilla: Nuestras almas son alimentadas por Cristo de la misma forma como el pan y el vino mantienen la vida del cuerpo. Con eso queda claro cuál es el objetivo de la bendición secreta: Ella nos asegura que el cuerpo del Señor fue sacrificado para nosotros, para que ahora lo gocemos como alimento celestial y para que en este gozo vivenciemos la fuerza de este sacrificio único. Y que su sangre fue derramada por nosotros, de manera que sea por siempre nuestra bebida. Por eso llama al cáliz la "alianza de mi sangre“ (Lucas 22,20; 1 Corintios 11,25). Porque cada vez que nos da de beber su santa sangre es como si renovara la alianza que confirmó con ella, mejor dicho: es como si la continuara para reforzar la fe. Las almas piadosas pueden recibir numerosos frutos de confianza y amor de este sacramento, porque tienen el testimonio de que somos un solo cuerpo con Cristo, y de que todo lo que es suyo, podemos llamarlo nuestro también.“

(Párrafo citado de Institutio IV, 17, 1 y 2)


Preguntas para seguir trabajando

Pregunta 1:
¿Cuál es el sentido de la Santa Cena?

Pregunta 2:
¿Quién es alimentado por la Santa Cena? ¿Quién recibe algo de ella?

Pregunta 3:
¿Pan y vino son cuerpo y sangre de Jesucristo?

Pregunta 4:
La eucaristía ¿es necesaria para la salvación?